viernes, 12 de diciembre de 2008

Llega el clásico...


El día de mañana es sagrado para los seguidores del fútbol español. No hay películas en el cine ni obras en los teatros que valgan la pena, las cenas de empresa propias de estas fechas fueron atrasadas o adelantadas evitando coincidencias no deseadas, los niños disputan el clásico en los recreos de los colegios desde hace semanas, unos de blanco, otros de azulgrana. Nadie de negro.

Medina Cantalejo será el juez en la batalla del Camp Nou, un duelo de máxima rivalidad desde hace casi cien años como demuestra el anecdotario del clásico. Ya en 1912, mientras se hundía el inhundible a causa de un iceberg, los jugadores del Barça se retiraban del campo de juego cuando aún quedaban doce minutos para que concluyese la vuelta de las semifinales de Copa que le enfrentaba al, por entonces Madrid, sin la vitola de Real. La causa de tal plante, la persecución a la que se estaban viendo sometidos los barcelonistas por parte del árbitro.

Años más tarde, en 1960, el dominio aplastante del Real Madrid en Europa lo cortó el Barcelona de Kubala, Kocsis y Suárez, que además contó con la inesperada ayuda de dos colegiados británicos. Mr. Ellis, en la ida de octavos de final, pitó en el Bernabéu un penalti a favor de los catalanes tras ignorar a su juez de linea, quien señalaba insistentemente un fuera de juego anterior. El regalo lo aprovechó Luís Suárez para perforar la meta blanca. En la vuelta, Mr.Leafe anuló dos goles que el Real Madrid reclamó como legales a Di Stéfano y Gento.

En junio del 70, a la par que en México se disputaban los primeros partidos de una de las más bellas ediciones de la Copa del Mundo, Emilio Guruceta señalaba penalty en el Camp Nou a favor del Real Madrid por una falta de Rifé a Velázquez un metro fuera del área. Esta decisión del colegiado, que se encontraba alejado de la jugada, y la posterior expulsión por sus protestas de Eladio, desató unos incidentes de tales dimensiones que se suspendió el partido antes de llegar al minuto noventa y el público acabó invadiendo el césped del Camp Nou. Guruceta no volvió jamás al Camp Nou a pesar de seguir arbitrando durante once años más.

La historia moderna del clásico también está repleta de anécdotas con el trencilla como protagonista. Urizar Azpitarte, árbitro especialista en clásicos, dirigió una quincena de enfrentamientos entre merengues y culés. A finales del año 1990, mientras se proclamaba el fin de la guerra fría en París, el búlgaro Stoichkov pisaba a Urizar durante la Supercopa. Ese partido acabó con victoria madridista en el Camp Nou (0-1) y un gesto del mexicano Hugo Sánchez hacia la grada tocándose los genitales, una forma de silenciar el campo rival menos sutil que la de Raúl años después

La polémica acabó protagonizando también el enfrentamiento liguero del Bernabéu en 2001. Un aficionado madridista perdió los papeles y golpeó al guardameta Reina que luchaba fuera del campo con Raúl para retrasar un córner. El partido acabó en empate, pero con un gol anulado a Rivaldo a pocos minutos de la conclusión por fuera de juego posicional de tres futbolistas azulgranas, que llenó de indignación al barcelonismo, especialmente al hoy entrenador culé, Pep Guardiola, que se comía a Losantos Omar.
Medina Cantalejo, andaluz que dirigirá el clásico del sábado, arbitrará su tercer Barça - Real Madrid. El primero fue el de la vuelta de Figo a la que había sido su casa, un partido complicado que se vio obligado a suspender durante unos minutos a causa del lanzamiento de objetos al campo, entre ellos el famoso cochinillo. En su segundo clásico tampoco pasó inadvertido, señaló un riguroso penalty sobre Van Bommel y expulsó por protestar a Roberto Carlos. Esperemos que a la tercera vaya a la vencida y tenga un partido apacible.

Veremos si el bueno de Medina engrosa el anecdotario polémico del clásico, o si como deseamos, el día de mañana sea una fiesta del fútbol español donde los protagonistas sean los jugadores y no los hombres de negro.

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