La actuación arbitral de la 14ª jornada fue, sin duda, una de las peores en lo que llevamos de campeonato. Coincidiendo con el récord de goles que se marcaron durante el fin de semana, nada menos que 44, también se vieron graves errores de nuestros hombres de negro, quienes no estuvieron acertados durante el puente festivo, quizá amargados por tener que trabajar cuando el pueblo está de vacaciones.
González Vázquez tuvo un partido muy complicado en el Bernabéu, con varias jugadas difíciles de apreciar, en las cuales, no estuvo acertado. Ya el primer gol de los andaluces debería haber sido anulado, siendo quisquilloso y reglamento en mano, ya que el balón toca en la pierna derecha de Kanouté, quien estaba en posición de fuera de juego. Tampoco el segundo gol sevillista, obra de Romaric, debió subir al marcador, ya que el mismo Kanouté arrolló previamente a Cannavaro pero el trencilla, bien colocado, no considero falta la jugada. A la media hora de partido, el defensa Squillaci pudo haber visto la roja directa por agredira Gago, pero Vázquez no vio la agresión. Ya en la recta final del encuentro, el Santiago Bernabéu vio cómo el colegiado gallego de origen alemán la terminaba de liar. Higuaín, quien se había dejado caer en el área minutos antes, trataba de regatear a Palop, pero el guardameta sevillista le agarró, evitando que el delantero argentino culminara la remontada blanca ya que su remate rebotó en el larguero. Claro penalti que quedó para el olvido, además hubiera mandado a Palop a la ducha. En esa misma jugada, las protestas de Robben, demasiado ostentosas, llevaron al holandés a ver la segunda amarilla y dejar a su equipo con diez. Puede que toque nevera para González Vázquez.
Uno de los partidos más emocionantes de la jornada fue el que jugaron Osasuna y Valladolid, con una impresionante igualada de los pucelanos, que perdían 3-0. Con el empate en el marcador se llegó al minuto 90 y Paradas Romero obvió un claro penalti de Marcos sobre Miguel Flaño, que hubiera dado al traste con la heroicidad blanquivioleta. Tampoco gustó la actuación de Teixeira Vitienes en el otro partido loco de la jornada, el disputado por Villareal y Getafe en El Madrigal. El técnico de los castellonenses, Manuel Pellegini, criticó el ritmo lento que el trencilla trasladó el encuentro, con demasiadas interrupciones y pérdidas de tiempo.
Muñíz Fernández también se hizo notar en Los Pajaritos. El colegiado concedió un gol ilegal a Goiria, en fuera de juego clarísimo y además se encargó de sacar demasiadas tarjetas. Al final: 10 amarillas y una roja directa. Numancia y Almería no quedaron muy conformes con la actitud del asturiano. En el partido estrella de la Liga Adelante, el derby aragonés que enfrentaba a Real Zaragoza y Huesca más de medio siglo después, Hevia Obras, uno de los árbitros más pometedores del país, tuvo una actuación lamentable, no mostrando ni rigor arbitral ni disciplina alguna.
En resumen, un mal fin de semana para los hombres de negro. Medina Cantalejo tendrá el sábado la opotunidad de que el fútbol español se olvide de sus jueces, pero si se equivoca, prepárense, porque habrá lío.
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