Una esperanza negra inunda el mundo. La victoria de Obama en la disputa por la presidencia del país hegemónico ha significado un cambio histórico y monopoliza los espacios informativos. Nada ni nadie hace sombra a las elecciones americanas. Nadie excepto el sueco Martin Hansson, bombero de profesión, que fue designado para arbitrar uno de los partidos estrella de la jornada de Champions. El Liverpool recibía al Atlético de Madrid en el mítico estadio de Anfield. Encuentro extraño desde el principio por la presencia de Torres en la grada y de Agüero en el banquillo tras la decisión del sancionado Aguirre. Una decisión poco popular que estaba dando resultado, ya que al descanso el equipo madrileño se marchaba con ventaja. El colegiado no había tenido problemas hasta el momento demostrando su experiencia en partidos de alto nivel, arbitra en Champions desde 2005 y en Uefa desde 2002.
Mediada la segunda parte una mano de Perea hizo que desde Anfield se evocara un unísono hand!. Involuntaria para el árbitro sueco, pero no para su conciencia como se demostró después. Dos manos de Mascherano y Carragher fueron también involuntarias para Hansson quien parecía que no iba a pitar nada que no tuviera discusión. Hasta ahí perfecto. Sin embargo sus decisiones posteriores, propias del clásico arbitraje casero en esta competición, comenzaron a empujar al Liverpool hacia el empate. Una tarjeta a Maniche por una falta que no era, un fuera de juego clarísimo de Gerrard no señalado, un alevoso empujón de Kuyt sobre Pernía que vio todo el campo, un balón de Fabio Aurelio que ya había salido fuera. Hasta el penalty. Hansson no dudo en hacer caso a la bandera de su asistente, tenía ganas de pitarlo, y acompañó su decisión con tarjetas a Pernía, Perea, Heitinga y Agüero. Hansson cambió la historia como dijo el entrenador atlético en la rueda de prensa posterior.
Y es que si no fuera por Hansson el Atlético estaría clasificado para los octavos de final, no tendría que jugársela en Marsella, ni frente al PSV a puerta cerrada, podría dar descanso a sus jugadores titulares y centrarse en la Liga. Pero los hombres de negro tienen la capacidad de cambiar el rumbo de un partido, como Obama tiene la posibilidad de cambiar el rumbo del mundo.
Vaya atraco que le hicieron el otro día al Atlético contra el Liverpool. Además, le han perjudicado en los dos partidos contra los ingleses. Platini tendrá algo que ver. Aun así veo al Atlético como 1º de grupo. A Gerrard deberían sancionarle por engañar al árbitro. Un saludo Beto jugónn.
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